Washington, DC.- Hoy ha venido Zapatero a Washington y su programa no contemplaba atender a preguntas de la prensa (aunque su delegación incluía a más de 10 periodista que se han desplazado con él a la capital norteamericana). En España las bolsas se han desplomado, los sindicatos han amenazado con huelgas, las propuestas del Gobierno son cuestionadas por doquier, la popularidad del Presidente ha caído en el barómetro del CIS… y los periodistas no teníamos ni la oportunidad de hablar con él sobre la situación en España porque no era la estrategia de Moncloa. Pero durante el último acto de la agenda de Zapatero—una conferencia sobre seguridad transatlántica—
he decidido preguntarle como uno más del público, aún sabiendo que la política interna no tenía relación con el tema de su intervención.
La pregunta ha sentado mal. Al final del acto, un alto cargo me ha dicho que “no he estado bien”, otro que “esto no era una rueda de prensa para que preguntarais (los periodistas)”, y otro de la comitiva del Presidente me lo ha repetido: “no lo has entendido; esto no era para que tú preguntaras”.
No sé si entiendo o no entiendo su estrategia, lo que sí sé es que los periodistas estamos para preguntar guste o no la pregunta. A pesar de que nunca he creído en que los periodistas tengamos que ser el centro de la noticia, hoy quiero reproducir la secuencia. Este es el diálogo:
—My name is Gustau Alegret. I’m a journalist. I’m working for a Catalan radio station: RAC1. Let me start thank the Atlantic Council for giving me the opportunity to address my question straight to the Prime Minister of Spain, and if you don´t mind, I´m going to switch into Spanish.
Señor presidente, usted habla de liderazgo; usted habla de que Europa y Estados Unidos tienen que reforzar sus relaciones. España no está pasando por su mejor momento. Recientemente usted estuvo en Davos y el foro de Davos cuestionó la situación española. Esta semana conocíamos por el Wall Street Journal, y posteriormente confirmado por la Casa Blanca, que Obama rehúye la asistencia a la cumbre europea que usted estaba preparando con tanto apremio. Las cifras del paro en España llegan al 20 por ciento. Los sindicatos están en contra de las propuestas que usted pone sobre la mesa…
(el moderador me pide que acabe)
Sí, sí, ya termino: he querido repasar esto para preguntarle directamente sobre su liderazgo, ahora que usted está reclamándolo en Europa y en Estados Unidos. Me gustaría saber si usted se considera cuestionado.
Acabo, pero quiero recordar que hoy ha salido el barómetro del CIS, en el que usted ha retrocedido como líder y como presidente. Me gustaría saber cómo considera su liderazgo, si se considera cuestionado y qué estrategia de futuro tiene para la economía española.
—Sí, es una pregunta muy directamente relacionada con la seguridad Atlántica… (risas) pero he de decirle que el liderazgo lo dan los ciudadanos; la responsabilidad política la dan los ciudadanos… y en fin, como bien sabe, pues el Partido Socialista ha ganado dos veces las elecciones en los últimos periodos, y eso es lo que se define como liderazgo. Esto es lo que se define como liderazgo; la confianza de los ciudadanos.
En la tarea de gobierno hay momentos más fáciles y más difíciles; no le voy a ocultar que este no es un momento fácil. Hay retos, fundamentalmente económicos de gran magnitud para España y para muchos países, pero… tengo absoluta confianza en la sociedad española, tengo absoluta confianza en el proyecto político que represento, y sé que vamos a recuperar la fuerza que España demuestra ante el mundo, por la que es respetada y considerada… respetada y considerada, en este gran país y en otros muchos. Y desde luego, permítame que no vaya un debate con algunas de las opiniones sobre la economía española que, sinceramente, no comparto, y que se emiten desde fuera de España, y en mi opinión, en algunos casos, con poco fundamento y con poco conocimiento. Vamos a tener la oportunidad de comprobarlo, pero vivimos en un tiempo en el que estas cosas tienen influencia… tienen influencia en los mercados, tienen influencia en las expectativas, tienen influencia en la confianza. Pero los fundamentos de la fortaleza de España son sólidos. Sabemos a dónde queremos ir, las reformas que tenemos que hacer, y además, estoy convencido que el conjunto de la sociedad española, como ha demostrado en otras ocasiones, lo va a hacer; y por supuesto, el liderazgo a veces supone elegir el camino más difícil.