Washington, DC. – Contrasta la bochornosa imagen que el Real Madrid ofreció el miércoles tras ser derrotado por el F.C. Barcelona en la Supercopa de España, con la ofrecida hace unas semanas, aquí en Washington, por su victorioso rival firmando un acuerdo con la Fundación Bill & Melinda Gates para contribuir a erradicar la polio en el mundo. Sé que algunos me dirán que no es comparable un evento institucional con el comportamiento de un equipo en el campo. Siento discrepar.
La alianza con la Fundación de Bill Gates sitúa al Barça aún más en una órbita de valores positivos que van más allá de lo deportivo. Igual que, en negativo, el dedo que Mourinho metió el miércoles con rabia en el ojo del segundo entrenador del Barcelona, Tito Vilanova, sitúa al Real Madrid en ese limbo gris de malos modales, pataletas infantiles y queja en el que está instalado desde hace dos temporadas. Sigue leyendo