Notas desde el Despacho Oval

RAJOY SE REÚNE CON OBAMA EN LA CASA BLANCA

Washington, DC. – Se ha hablado mucho en las últimas horas sobre las supuestas restricciones a algunos medios por parte de los responsables de prensa de La Moncloa para controlar el mensaje y las preguntas a Barack Obama y Mariano Rajoy durante su reunión el pasado lunes. Creo que es importante hacer algunas observaciones para no ver fantasmas donde puede no haberlos.

Es desafortunado que los medios o los periodistas nos convirtamos en el sujeto de la noticia. Eso no debe suceder. En este caso así ha sido porque algunos medios de comunicación que seguían la visita de Rajoy a Washington –entre ellos RAC1– no fueron seleccionados por los responsables de prensa del Presidente español para acceder al Despacho Oval. Esto, si bien es cierto, entra dentro de la normalidad marcada por las normas de la Casa Blanca y las limitaciones de espacio de la oficina del Presidente norteamericano. A la decena de medios de Estados Unidos que habitualmente siguen a Obama cada día se podían sumar en ese encuentro de Obama y Rajoy una decena más de periodistas españoles. Normalmente esta selección la comunica a la Casa Blanca la delegación visitante, y los espacios se reparten entre cámaras de televisión, fotógrafos y redactores, quienes, tras el encuentro, comparten el material con el resto. ¿Es normal que sea Moncloa quien haga la selección? No. Sería mejor que fueran los medios quienes hicieran esa selección, pero La Moncloa no lo permitió y ellos hicieron la lista.

El medio para el que trabajo no estuvo en esa selección, pero si accedimos gracias a la credencial que la oficina de prensa de Obama nos entregó por ser un medio acreditado. Simplemente hicimos nuestro trabajo.

Y respecto a las preguntas, también hay normas. Se autorizaron dos –una a la delegación norteamericana y otra a la del visitante–. Y aquí hubo acuerdo de todos los periodistas que venían con Rajoy: la mayoría quería preguntar a Obama sobre la UE, y los medios catalanes estaban interesados en la cuestión catalana. Se pactó añadir al final la coletilla de si “los movimientos secesionistas (sic) son una amenaza para la economía de la UE”. Rajoy respondió rápido, antes que Obama, y zanjó la cuestión con un “no se producirá”. Obama no entró al trapo.

Artículo publicado el 15/01/14 en Diari de Tarragona