Trump y el uso de órdenes ejecutivas

Washington, DC. — Como en toda democracia, la división de poderes es fundamental. El legislativo, el ejecutivo y el judicial deben —como escribió el pensador francés Montesquieu— mantener su separación con la finalidad de garantizar el funcionamiento de un estado de derecho. También, como en todas las democracias, la competencia entre esos poderes es una realidad y por eso, existen mecanismos que —de acuerdo a los ordenamientos jurídicos de cada país y a la interpretación de sus leyes— permiten y amparan que los poderes tomen excepcionalmente el rol o papel del otro con el fin de avanzar un propósito. Es el caso, en Estados Unidos, de lo que se conoce como órdenes ejecutivas presidenciales, un poder que puede usar el Presidente frente a una disputa con el legislativo o un vacío legal. Si el Presidente va demasiado lejos en su decisión, la orden puede ser llevada ante la justicia y ésta puede acabar ante la Corte Suprema, que tiene la última palabra. Sigue leyendo

Las vacaciones de Trump: otra incoherencia de este presidente

Washington, DC. – Donald Trump termina hoy sus vacaciones de verano. Menos de dos semanas en las que el mandatario ha estado alejado de Washington. Unos días en los que se ha recluido en su complejo vacacional del vecino estado de Bedminster, en Nueva Jersey. Unos días en los que Trump ha disfrutado de una prerrogativa que él criticó de sus antecesores y que millones de ciudadanos en este país no tienen porque sus empresas no las reconocen. Las vacaciones de Trump son otra contradicción más de este presidente. Sigue leyendo

El gasto de Trump en seguridad y viajes se dispara

Washington, DC. – Crecen las críticas a Donald Trump por el considera excesivo gasto en logística y seguridad de sus viajes de fin de semana. En sus primeras 10 semanas en el cargo, Trump ha estado siete veces en Mar-a-Lago, su club de Florida. Los gastos de estos viajes ascienden ya a más de 24 millones de dólares, un gasto exhorbitante si lo comparamos con los de su predecesor. Obama gastó en sus ocho años en la Casa Blanca 97 millones de dólares, o lo que es lo mismo, unos 12 millones por año. A este paso, Trump necesitará solo 10 meses para superar todo el gasto realizado por Obama en sus dos presidencias. Sigue leyendo

Guantánamo, combatientes sin privilegios

Washington, DC. – ¿Sabía que la base naval más antigua que Estados Unidos tiene fuera de sus fronteras se encuentra en el único país comunista del continente americano? ¿Sabía que en esa base naval, además de la prisión más famosa del mundo, hay hoteles, supermercados, un campo de golf, una tienda de souvenirs y restaurantes de comida rápida de cadenas tan conocidas como McDonalds o Subway?

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Asfixia de la libertad de prensa

Washington, DC. – Viendo la popularidad con la que Obama asumió el cargo en 2008 era de esperar que decepcionara a muchos. En política, mejorar cifras de aprobación del 70 por ciento es difícil por no decir imposible. No son pocos los que esperaban demasiado de su gestión dadas las restricciones a las que está sometido el presidente de Estados Unidos. Lo que no imaginé en aquel 2008 –con una gran mayoría de medios de comunicación a su favor– es que hasta los periodistas le darían la espalda.

Unas cuarenta asociaciones de prensa de Estados Unidos, entre ellas la Sociedad de Periodistas Profesionales o la Fundación Nacional de la Prensa, acaban de enviar una carta a la Casa Blanca protestando por la falta de transparencia de la administración federal y por las dificultades que encuentran a diario sus periodistas para acceder a fuentes gubernamentales.

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El poder de Obama

Washington, DC. – El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pronunciado esta semana su quinto discurso sobre el Estado de la Unión frente a las dos cámaras del Congreso. Es el ritual que cada año a finales de enero paraliza Washington y congrega –aunque cada vez menos– a los estadounidenses frente a los televisores para escuchar los planes que tiene el inquilino de la Casa Blanca. Este año, el discurso fue una muestra más de los límites del poder del presidente de Estados Unidos.

Obama habló al Congreso con la brillante oratoria a la que nos tiene acostumbrados pero sin anunciar grandes medidas y con un tono conciliador y pedigüeño ante quien le ha bloqueado sistemáticamente sus iniciativas desde que los demócratas perdieron el control de la Cámara de Representantes.

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Notas desde el Despacho Oval

RAJOY SE REÚNE CON OBAMA EN LA CASA BLANCA

Washington, DC. – Se ha hablado mucho en las últimas horas sobre las supuestas restricciones a algunos medios por parte de los responsables de prensa de La Moncloa para controlar el mensaje y las preguntas a Barack Obama y Mariano Rajoy durante su reunión el pasado lunes. Creo que es importante hacer algunas observaciones para no ver fantasmas donde puede no haberlos.

Es desafortunado que los medios o los periodistas nos convirtamos en el sujeto de la noticia. Eso no debe suceder. En este caso así ha sido porque algunos medios de comunicación que seguían la visita de Rajoy a Washington –entre ellos RAC1– no fueron seleccionados por los responsables de prensa del Presidente español para acceder al Despacho Oval. Esto, si bien es cierto, entra dentro de la normalidad marcada por las normas de la Casa Blanca y las limitaciones de espacio de la oficina del Presidente norteamericano. A la decena de medios de Estados Unidos que habitualmente siguen a Obama cada día se podían sumar en ese encuentro de Obama y Rajoy una decena más de periodistas españoles. Normalmente esta selección la comunica a la Casa Blanca la delegación visitante, y los espacios se reparten entre cámaras de televisión, fotógrafos y redactores, quienes, tras el encuentro, comparten el material con el resto. ¿Es normal que sea Moncloa quien haga la selección? No. Sería mejor que fueran los medios quienes hicieran esa selección, pero La Moncloa no lo permitió y ellos hicieron la lista.

El medio para el que trabajo no estuvo en esa selección, pero si accedimos gracias a la credencial que la oficina de prensa de Obama nos entregó por ser un medio acreditado. Simplemente hicimos nuestro trabajo.

Y respecto a las preguntas, también hay normas. Se autorizaron dos –una a la delegación norteamericana y otra a la del visitante–. Y aquí hubo acuerdo de todos los periodistas que venían con Rajoy: la mayoría quería preguntar a Obama sobre la UE, y los medios catalanes estaban interesados en la cuestión catalana. Se pactó añadir al final la coletilla de si “los movimientos secesionistas (sic) son una amenaza para la economía de la UE”. Rajoy respondió rápido, antes que Obama, y zanjó la cuestión con un “no se producirá”. Obama no entró al trapo.

Artículo publicado el 15/01/14 en Diari de Tarragona

El salario mínimo


Washington, D.C. –El presidente Barack Obama anunció en su reciente discurso del Estado de la Unión que había llegado la hora de aumentar el salario mínimo en Estados Unidos a 9$ por hora. «Nadie que trabaja a tiempo completo debería tener que vivir en la pobreza», argumentó. El salario mínimo en Estados Unidos es de 7,25$ aunque varía según los estados y, atendiendo a excepciones, puede ser de sólo 2$ (Oklahoma). Obama quiere además que esté vinculado a la evolución de la inflación.

1361135380084.cachedCon su propuesta, el Presidente de EE UU asume que estos trabajadores se llevarán más dinero a casa y, al verse más ricos, consumirán más. Y sus críticos insisten en que el verdadero impacto no lo veremos en el consumo sino en una reducción de la oferta de trabajo.

Me explica Paco Vázquez-Grande, un amigo economista, que «el argumento tiene en mente que poca gente cobra el salario mínimo —3,8 millones de 140 millones de trabajadores—, es decir el 2,7% de la población activa». De los cuales, «la mitad es menor de 24 años, por lo que sólo el 1,5% de la población mayor de 24 años gana el salario mínimo, y de los menores de 25, sólo el 10.7%».

Unos de los principales beneficiarios de esta medida serán los estudiantes quienes al ganar más «decidirán trabajar menos, o pedir menos a sus padres, o pedir menos créditos… no incrementando así la demanda agregada», explica Vázquez-Grande. El problema es que si el salario mínimo se hubiera mantenido a la par con la inflación desde su máximo histórico en valor real durante la década de 1960, ahora sería de aproximadamente $10 por hora. Obama se queda corto.

Artículo publicado el 02/03/13 en Diari de Tarragona

Foto: Steve Cole/Getty