Washington, DC. — Este viernes murió a los 87 años Ruth Bader Ginsburg, una icónica jueza liberal cuya trayectoria –marcada por una mente brillante a favor de los derechos de las mujeres y las minorías– la convirtió en una abanderada de la causa feminista y los derechos civiles en Estados Unidos. Nombrada por Bill Clinton, accedió a la Corte Suprema del país en 1993. Tenía 87 años y sufría un cáncer pancreático que finalmente no pudo superar.
Más allá de su impresionante legado que hoy garantiza derechos, oportunidades y más igualdad a los estadounidenses, su muerte deja una vacante en una dividida Corte Suprema con una mayoría conservadora de 5-4 que le permite al presidente Donald Trump expandir esa mayoría conservadora en año electoral (quedan 44 días para las elecciones) y en un momento de profunda división en Estados Unidos. Sigue leyendo