Contra el doblaje

doblaje 2Tarragona (Catalunya). – Estamos demasiado acostumbrados al doblaje. Yo mismo lo defendía hace unos años. Lo escuchaba en todas las películas de cualquier canal de televisión y en las salas de cine comercial de Catalunya, que siguen siendo la mayoría.

El doblaje es la castración del cine. Es privar al espectador no sólo de la voz original de los actores, sino también del tono, de los giros, de las inflexiones de la voz… hasta de la fuerza de una expresión. El doblaje hace que todos los actores tengan el mismo volumen en una conversación que se torna plana y sin detalles. Dicen sus defensores que el doblaje acerca la cultura del cine a la gente que no sabe idiomas. Pero lo que no dicen es que la mayoría de sus defensores son los mismos actores que viven de esta industria; y que es precisamente la ausencia de la versión original la que en gran medida limita a las nuevas generaciones a educar el oído a otros idiomas, especialmente el inglés. doblaje 3En Suiza, por ejemplo, hace años que apostaron por los subtítulos como una opción que respeta el sonido original sin privar a la gente que desconoce el idioma de seguir la trama. Los cines proyectan las películas con hasta dos niveles de subtítulos por ser un país con varios idiomas oficiales.

Es cierto que aquí algunas televisiones ofrecen la opción del lenguaje original con sólo apretar una tecla del mando a distancia, pero la inercia de los años y el esfuerzo que supone para muchos adaptarse al cambio hacen de la opción algo simbólico.

Hoy el doblaje perpetúa una industria que beneficia a unos pocos y nos empobrece a todos.

Artículo publicado el 28/12/13 en Diari de Tarragona

Secularismo militante

Fuente: NYTimes

Fuente: NYTimes

Washington, DC. – Eslovaquia celebra estos días la llegada del cristianismo a las tierras que hoy conforman el país. Hace 1.150 años que los primeros cristianos evangelizaron a sus habitantes dejando desde entonces una profunda impronta que se ha perpetuado en su historia siendo ya parte indeleble de su cultura. Tanta importancia tiene esta efeméride para los eslovacos que el Banco Central del país ha decidido recordarlo acuñando euros con la imagen de los dos monjes bizantinos –Cirilo y Metodio– que mejor simbolizan esa cristianización. Pero a la Comisión Europea no le ha gustado la idea de ver halos y cruces en la moneda común europea.

En Europa hay desde hace años una creciente tendencia a marginar cualquier símbolo religioso de la vida pública, en especial los símbolos cristianos. Este secularismo militante trabaja activamente para construir una identidad europea alejada de su historia porque olvida la importancia del humanismo cristiano en la identidad común.

La religión no se impone, y el respeto a la diversidad es algo incuestionable. Pero la defensa de la neutralidad religiosa no puede significar marginar la religión ni condenarla a la esfera estrictamente privada, porque además de esconder parte de nuestra identidad cultural, condena a las futuras generaciones a ignorar su historia y a perder su identidad.

Artículo publicado el 23/06/13 en Diari de Tarragona

Cambrers, sous i propines

Washington, DC. – Aquesta setmana un bon amic reflexionava a Twitter –si es que es pot reflexionar amb 140 caràcters– sobre el maltracte que darrerament diu que rep dels cambrers que l’atenen a bars o restaurants. “Si hagués de decidir els acomiadaments dels sector serveis segons com m’han servit als restaurants”, piulava, “el mes de maig hagués augmentat en 100.000 aturats més”. He de dir que el meu amic és un empresari cada cop més liberal i amant de la nul•la intervenció de l’estat en l’economia (es a dir poques normatives i auto-regulació del mercat). Si d’ell depengués, tots els cambrers que l’han atès en les últimes setmanes haurien de ser acomiadats pel que considera servei poc professional.

photoMés enllà de la coincidència que la majoria de cambrers amb els quals el meu amic ha tingut tractes l’han atès malament, la seva piulada a Twitter va embrancar-nos en un intercanvi de missatges sobre els sous i les propines.

Als Estats Units és habitual que, de mitjana, el client deixi al cambrer entre un 18% i un 20% de propina; és literalment el seu sou. Els empresaris només els paguen la Seguretat Social; la resta ve de la generositat dels clients en un país on sí hi ha cultura de deixar propina. Segons el meu amic, caldria importar aquesta pràctica perquè millorés l’atenció al client.

No crec, però, que això funcionés a Catalunya com sí funciona als Estats Units. No tenim cultura de propines generoses, i copiar el sistema faria encara més precari l’ofici de cambrer. Els estatunidencs són dels més generosos del món en aquesta pràctica; fins i tot si el servei és dolent, deixen propina–menys, segurament, però en deixen–.

A casa nostra podria funcionar un punt mig: l’empresari hauria de garantir al cambrer el sou mínim i oferir-li una bonificació sobre beneficis, a més de les propines. Als clients, però, ens caldria ser més generosos.

Article publicat el 08/06/13 a Diari de Tarragona