Washington, DC. – No se sabe si por insistencia de Lisa Howard o por conveniencia para Fidel Castro, o por la dos, pero lo consiguió. En 1963, el considerado líder de la revolución cubana accedió a darle una entrevista a una de las periodistas más conocidas del momento en la televisión estadounidense. Y desde el primer encuentro en un hotel de La Habana, el 2 de febrero del año siguiente, la relación fue más que profesional, hasta convertirse en un canal de comunicación entre el denostado régimen cubano y la Casa Blanca. Sigue leyendo