Washington, DC. — Se acaba de cumplir un año del asalto al Capitolio en Washington. El 6 de enero de 2021 pasará a la historia como uno de los capítulos más oscuros, preocupantes, tristes y vergonzosos de este país. Estados Unidos pudo ser un ejemplo de democracia para muchos en el mundo pero lo es cada vez menos. Lo ocurrido aquel 6 de enero fue un síntoma más de la preocupante enfermedad que la debilita.
A una democracia, grosso modo, la define un sistema que garantiza la elección de sus representantes, sus libertades civiles, un poder judicial independiente, un sistema de partidos, el imperio de la ley y una organización social que, con el esfuerzo individual, abra la puerta al progreso y desarrollo individual. Seguramente un politólogo o un académico podría añadir alguna otra, pero creo que estaríamos de acuerdo en estas que son esenciales. Sigue leyendo