San Salvador (El Salvador). – Óscar Martínez es periodista; «cronista», como le gusta denominarse. Trabaja en San Salvador como coordinador de Sala Negra, una sección de sucesos e historias –muchas de ellas, violentas– de El Faro, uno de los proyectos informativos más interesantes de los últimos años, no sólo en Latinoamérica.
La denominada ‘crisis de los niños migrantes’ hacia Estados Unidos ha vuelto a sacar a la luz el mejor lado del periodismo que Martínez y el equipo que él coordina hace años que realiza; historias que en más de una ocasión les han costado amenazas. La última, la semana pasada, cuando de regreso a casa tras una entrevista periodística, fue detenido por tres agentes del servicio 911. Le obligaron a salir del vehículo que conducía y «me quitaron la camisa», explica, «para revisar si tenía tatuajes, y me mantuvieron manos en la cabeza hasta que aparecieron dos agentes de la División Antinarcóticos (DAN) con pasamontañas, uno de ellos con arma larga». Los agentes le aseguraron que había sido detenido por «ordenes de arriba».
Con motivo de un viaje que he realizado esta semana a San Salvador, le contacté por Twitter y aceptó que nos viéramos. Durante una hora larga, charlamos en el restaurante del hotel. Hablamos de su trabajo y de las dificultades que los periodistas encuentran en algunas zonas de Centroamérica donde, dice, «es peor ejercer el periodismo que en zonas de conflicto bélico o guerra civil».
Fragmentos de mi entrevista con Óscar Martínez [23 julio 2014]
Martínez me cuenta que, en su día a día, toma precauciones. Él y sus colegas tienen establecido «un sistema de reporte» por el cual, si algo les pasa «a la media hora de no dar señales de vida saltan todas las alarmas». Aun así, sabe que agentes «del Estado» le siguen y no tiene dudas en asegurar que el incidente de la semana pasada con agentes oficiales es «una amenaza» por sus recientes trabajos de investigación en los que denunció un caso de corrupción con policías implicados. A pesar de todo, se siente afortunado.
Según la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (CIAP) de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), 29 periodistas y trabajadores de prensa fueron asesinados en nueve países de América Latina y el Caribe en 2013, siete de ellos en México, cuatro en Guatemala, cuatro en Honduras, y uno en Nicaragua. Y durante los primeros cuatro meses del este año, un periodista en Honduras y uno en Panamá fueron asesinados, y en México tres sufrieron crímenes «por sicarios al servicio de poderes fácticos ocultos».
El Faro tiene hoy quince años de vida. Martínez está convencido que en los próximos quince la historia de este proyecto periodístico «tendrá alguna bomba o algún compañero asesinado». Aun así dice no tener miedo, y cuando le pregunto si –por prudencia– alguna vez se ha autocensurado, responde sin dudar: «nunca».
Artículo publicado el 29/07/14 en Diari de Tarragona
Dons apren del que escrius…!! La vida a aquets paísos val molt poc. Es de denuncia, ho compreng.Peró poca cosa si podrá fer.
Que trabajo tan encomiable ejercen los periodistas honrados , que los hay . Representan el unico medio de conocer la verdad en muchos paises . Felicitaciones
Mis respetos a este personaje por jugarse la vida con su profesión por la que garantiza la libertad de información en una sociedad, y permite con ello dar voz al pueblo, y denunciar las injusticias sociales. Simplemente, gracias.