Tarragona (Catalunya). – Estamos demasiado acostumbrados al doblaje. Yo mismo lo defendía hace unos años. Lo escuchaba en todas las películas de cualquier canal de televisión y en las salas de cine comercial de Catalunya, que siguen siendo la mayoría.
El doblaje es la castración del cine. Es privar al espectador no sólo de la voz original de los actores, sino también del tono, de los giros, de las inflexiones de la voz… hasta de la fuerza de una expresión. El doblaje hace que todos los actores tengan el mismo volumen en una conversación que se torna plana y sin detalles. Dicen sus defensores que el doblaje acerca la cultura del cine a la gente que no sabe idiomas. Pero lo que no dicen es que la mayoría de sus defensores son los mismos actores que viven de esta industria; y que es precisamente la ausencia de la versión original la que en gran medida limita a las nuevas generaciones a educar el oído a otros idiomas, especialmente el inglés. En Suiza, por ejemplo, hace años que apostaron por los subtítulos como una opción que respeta el sonido original sin privar a la gente que desconoce el idioma de seguir la trama. Los cines proyectan las películas con hasta dos niveles de subtítulos por ser un país con varios idiomas oficiales.
Es cierto que aquí algunas televisiones ofrecen la opción del lenguaje original con sólo apretar una tecla del mando a distancia, pero la inercia de los años y el esfuerzo que supone para muchos adaptarse al cambio hacen de la opción algo simbólico.
Hoy el doblaje perpetúa una industria que beneficia a unos pocos y nos empobrece a todos.
Artículo publicado el 28/12/13 en Diari de Tarragona
Estoy totalmente de acuerdo. Es un pez que se muerde la cola. Se realiza el doblaje para aquellos que no conocen más idiomas. Los mismos que lo conocerían si desde pequeños sólo hubieran podido acceder a versiones originales.
«El doblaje es la castración del cine», no puedo estar más de acuerdo con la definición. Y en mi opinión, es una muestra más del vago interés que abunda en España por aprender otras lenguas.
Desde hace tiempo, consumo cine en versión original, y esto implica películas, no sólo en inglés, también francés, italiano, portugués, alemán, e incluso, me he atrevido con finlandés, chino o japonés.
No negaré que lo ideal es dominar el idioma principal del film para disfrutar al máximo del contenido visual de la narración. Sin embargo, la dicción en original de los personajes en su propia lengua aporta un valor y significado que no se puede reinterpretar en otra lengua – mucho menos cuando se pretende contextualizar en un espacio y tiempo concreto – no se entiende que en la Alemania nazi, los soldados alemanes se comunicaran en castellano, o que el Presidente de EEUU hable y insulte en catalán como si fuera original de l’Empordà.
Deberíamos tomar ejemplo de nuestros vecinos, los portugueses, y defender más el cine en V.O. Sólo proliferará la oferta si existe un aumento en la demanda.
Tens raó. Saps que la industria de la traducció es la mes imporant del món … Perque és l’únic lloc del món on es tradueix tot…. I sabies també que va ser el generalisimo qui va implantar la traducció com una obligació? Colla d’ignorants…. Aixi volen que ens quedem… Fem pena.
Fa molt de temps que alguns teniem clar aquest tema. A Espanya i a Catalunya, paissos «turístics» per excellencia , es llastimós el nivell dels ciutadans per parlar idiomes estrangers. Ara amb a globalització …mes que mai. La Generalitat hauria de ser la primera en propiciar en canvi, pensem que a un país petit com Eslovenia, han aconseguit que molta població (80%) parli angles d´aquesta manera.Espanya es creu que amb l´espanyol es va a tot arreu i no es veritat, solament a Sud Amèrica, no a Europa; África, Asia; Nord Amèrica..
Aquest canvi seria un bon pas de futur per tots nosaltres!!