Washington, DC. – Está en Washington la vicepresidenta española Soraya Sáenz de Santamaría. Ha venido a buscar la complicidad del FMI y del Tesoro estadounidense para ayudar a sacar a España de la crisis. Tras reunirse con la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, y con el Secretario Timothy Geithner, Sáenz de Santamaría participará hoy viernes y mañana en las oscuras reuniones del elitista Club Bilderberg que celebra su sexagésimo encuentro en el estado contiguo de Virginia.

Ayer, a la salida de la reunión con Geithner, la vicepresidenta española atendió brevemente a los medios con respuestas llenas de optimismo en las que no dijo nada — vaya, nada que sea realmente remarcable más allá de su agenda de visitas. Al terminar la rueda de prensa —dejando, por cierto, a un periodista con la palabra en la boca (se marchó estirada del brazo por uno de los miembros de su comitiva)— otro corresponsal, Lorenzo Milà (TVE), se le aproximó para saludarla efusivamente en su camino hacia el automóvil que la esperaba para recogerla. Delante de la mayoría de medios, algunos de los cuales aún la estaban grabando, ambos se fundieron en un sorprendente abrazo. Milà le preguntó por su familia delante del resto de compañeros, y la vicepresidenta, que ha sido mamá hace escasos siete meses, respondió melancólica: «Es la primera vez que lo abandono cuatro días».

La política y la maternidad son dos espacios difíciles de compaginar. La joven vicepresidenta española lo está viviendo en carne propia desde que asumió el cargo en noviembre. No sólo por los viajes que debe atender, sino por la cargada agenda a la que está sometida. «El pasado miércoles tras la sesión de control al Gobierno un periodista me preguntó por mis ojeras en los pasillos del Congreso», explicó para evidenciar lo sufrido de este equilibrio que la hacen política de día y madre de noche. «La próxima vez te lo mandaré el martes para dormir los miércoles [de Sesión de Control]», recordó responder a su interlocutor en el Congreso.

Aunque Sáenz de Santamaría es joven, ayer se la veía cansada. Imagino que a la exigente agenda que maneja se le sumó el jetlag que convertía su primer día en Washington en un maratón interminable. Tras subir al coche oficial, los corresponsales nos quedamos comentando la jugada y un veterano periodista recordó a quien fuera ministra de Defensa española, Carme Chacón. «Es como si al escuchar ahora a Sáenz de Santamaría hubiera visto a Cachón cuando salió del Pentágono en una visita a Washington… Dijo exactamente lo mismo».

4 comentarios en “Lo que realmente preocupa a Soraya

  1. La pena de l´entrevista a peu de carrer, es que tenias el cap baix miran el movil ó graban, i casi al final et varem poguer veuret la cara….¡¡ Llástima !!

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