Washington, DC. – Anoche me llegó la primera de dos cartas que espero esta semana. Era la propaganda electoral del PSOE para los ciudadanos que residen en el extranjero. La del PP imagino que no tardará en llegar.
En esta ocasión, el Partido Socialista me dirige una carta firmada por el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba en la que me pide mi “apoyo” (no me pide el voto para no infringir la ley porque imagino que el envío lo realizaron antes del comienzo de la campaña electoral). El texto es esperable y destaca las acciones del último Gobierno a favor de los ciudadanos españoles en el exterior. Va acompañado de fotografías del candidato en actos electorales con ciudadanos (dentro) y con quien fuera presidente español, Felipe González, y el actual, José Luís Rodríguez Zapatero (fuera). El lema de la carta es el mismo que el de la campaña de Rubalcaba: ‘Pelea por lo que quieres’.
El envío de publicidad electoral por correo postal siempre me ha parecido un desperdicio — en este caso, aunque la misiva está impresa en papel reciclado, no deja de ser una generación más de residuo cuya eficacia electoral me cuestiono. En cualquier caso, lo que más me ha llamado la atención es el origen de la carta: Suiza.
El matasellos está estampado en el Centro de Cartas Zurich-Mülligen, una instalación de 70.000 metros cuadrados que pertenece al servicio postal de Suiza, Swiss Postal, cuya titularidad es pública.
No me parece atinado que un partido político envie propaganda electoral a través de una compañía de correos extranjera. Primero por la imagen que el emisor, el PSOE en este caso, traslada a los electores. ¿Es que no creen en Correos de España? Y si el argumento es que es más barato, ¿no compensa el sobreesfuerzo para contribuir precisamente a la prioridad de esta campaña electoral: la creación (o el mantenimiento) de puestos de trabajo en España?
Más aún: como la mujer del César, el PSOE debería cuidar su imagen. Suiza no es precisamente el país al que el partido le gustaría estar asociado. Escándalos de financiación irregular del PSOE tuvieron sus ramificaciones suizas, y ahora, en plena campaña electoral, enviar publicidad desde Suiza no parece la decisión estética más acertada. Sobre todo teniendo en cuenta que el motivo de los escándalos estaban vinculados a financiación irregular del partido (y una campaña electoral es uno de los grandes gastos a los que hacer frente). No me negarán que como mínimo esta coincidencia puede levantar suspicacias.
Yo queria un articulo sobre el debate 😦