Washington, DC. – El movimiento de ciudadanos indignados llega a Washington, DC. A pesar de la poca atención que están recibiendo de los medios estadounidenses, las adhesiones se extienden como la espuma y lo que nació en Manhattan, en torno a Wall Street, es hoy un incipiente movimiento nacional juvenil lleno de reivindicación.
Me resultaba raro que un movimiento así no hubiera llegado antes a la capital política de Estados Unidos, escenario histórico y tradicional de manifestaciones reivindicativas a favor de libertades civiles y en contra de decisiones gubernamentales o leyes. Anoche, cuando regresaba a casa, conversé con un grupo de jóvenes que se estaban organizando para lanzar el movimiento Occupy DC en la capital.
El lugar escogido para acampar es McPherson Square, una plaza arbolada que dista una manzana de la Casa Blanca y colinda con la K Street, famosa por albergar los principales despachos de lobby del país. A última hora de la tarde de ayer un grupo de 20 personas se distribuía en cuatro grupos para repartirse responsabilidades. Reid, un joven ataviado con gorro de lana, me cuenta que están “distribuyendo tareas”. La organización es amateur pero parece que no quieren dejar nada al azar: en una de las hojas de pizarra que había sobre un banco pude leer la lista de tareas: ‘comida, redes sociales, carteles, líderes comunitarios, prensa…’. “En Washington hay mucho potencial; queremos traer aquí el movimiento de miles de jóvenes de otras ciudades del país como la de Nueva York”, me explica.
Algunos de esos jóvenes han pasado la primera noche a la intemperie, en sacos de dormir. Una de ellas es Lacy MacAuley, de 32 años, que acaba de llegar de Manhattan donde estuvo cinco días concentrada. “Mañana lanzamos el movimiento en Washington”.
Lacy está en coordinación con otros compañeros que se concentran también en la Freedom Plaza, entre el Congreso y la Casa Blanca, y cuyo nombre les inspira. “[Occupy DC] es la semilla del cambio real, y queremos estar concentrados el tiempo que sea necesario para ver cambios reales”.
Lacy está llena de ilusión. “Vamos a cambiar la situación; vamos a llevar el poder real al nivel de la calle, a movilizar a la gente para cambiar la concentración de poder en el uno por ciento de la sociedad al 99 por ciento restante”. Su discurso acelerado se encalla cuando le pregunto por los cambios concretos que esperan. “Hay muchas cosas que el Gobierno y Wall Street pueden hacer. Nosotros queremos crear un movimiento para que las cosas cambien”, me responde sin concretar. Y añade: “hay mucha corrupción en Washington y en Wall Street”.
Antes de despedirnos, le pregunto por las concentraciones de Barcelona o Madrid. Reconoce que hoy ya son agua pasada, pero “sí cambiaron una cosa: despertaron la conciencia de la gente para que no olviden que tienen el poder de protestar”.
La cita es mañana jueves, a las 3 de la tarde en Freedom Square. “Estamos diciéndolo en Twiter, webs, Facebook…”; su hashtag: #ocuppyDC.