Washington, DC. – Contrasta la bochornosa imagen que el Real Madrid ofreció el miércoles tras ser derrotado por el F.C. Barcelona en la Supercopa de España, con la ofrecida hace unas semanas, aquí en Washington, por su victorioso rival firmando un acuerdo con la Fundación Bill & Melinda Gates para contribuir a erradicar la polio en el mundo. Sé que algunos me dirán que no es comparable un evento institucional con el comportamiento de un equipo en el campo. Siento discrepar.
La alianza con la Fundación de Bill Gates sitúa al Barça aún más en una órbita de valores positivos que van más allá de lo deportivo. Igual que, en negativo, el dedo que Mourinho metió el miércoles con rabia en el ojo del segundo entrenador del Barcelona, Tito Vilanova, sitúa al Real Madrid en ese limbo gris de malos modales, pataletas infantiles y queja en el que está instalado desde hace dos temporadas.
Parte del mérito de la asociación que hoy tiene la marca Barça con esos valores positivos es de su actual presidente, Sandro Rosell. Ahora bien, sería tan injusto no atribuirle a Rosell este mérito, como no recordar que fue su antecesor en el cargo, Joan Laporta, quien en el año 2006 sorprendió al mundo del fútbol firmando un atípico acuerdo con UNICEF que internacionalizaba los históricos valores del Club que hoy casi todo el mundo conoce.
Acaba de comenzar la temporada 2011-12, y el F.C. Barcelona es aún más —con otro título en sus vitrinas—, uno de los mejores clubes del mundo, por su juego y por sus valores. Ambos pilares adquirieron relevancia internacional bajo la presidencia de Joan Laporta (2003-10), y hoy siguen siendo un referente. Es de justicia, pues, subrayarlo ahora, especialmente por el maltrato que recibe el ex presidente barcelonista de algunos medios de comunicación; un maltrato que, aunque sorprenda, proviene en parte de algunos sectores de la sociedad catalana.
Este verano Laporta ha sido noticia por unas fotografías difundidas en la mayoría de los medios del reino de España en las que se le ve disfrutando del sol sobre la cubierta de un yate en el Mediterráneo, en bañador, con una botella de champán en una mano y un gran puro en la otra. La publicación de esas instantáneas ha sido un linchamiento mediático en toda regla, porque hasta la fecha ni tomar el sol, ni beber champan, ni fumarse un puro al aire libre es delito. El único objetivo que tenía su publicación era desprestigiarle.
La prensa, y especialmente determinados grupos mediáticos históricamente vinculados a la clase dirigente en Catalunya, deberían explicar qué justificó esa decisión y, por ejemplo, por qué silenciaron la denuncia que por esas mismas fechas realizó un medio de comunicación brasileño que implicó al actual presidente del Barcelona, Sandro Rosell, en un caso de presunta corrupción deportiva cuando este era directivo de la multinacional Nike en el país carioca.
La presidencia del F.C. Barcelona ha estado vinculada históricamente a la clase económica (y política) catalana — conservadora y tradicional, claro. Laporta llegó al frente del Club en 2003 como un outsider, desplazando del poder a esa clase dirigente que hasta entonces, ganará quien ganara, siempre tenía un espacio. Para más inri, sus convicciones soberanistas soliviantaron durante siete años a más de un político o empresario que veía con desdén su estilo personalista, iluminado y visionario al frente del Club.
Sandro Rosell, por su parte, aunque compartió junta con Laporta, pronto decidió distanciarse de él para hacer campaña pensando en las elecciones del 2010 y contar para entonces, eso sí, con la vieja y silenciosa guardia dirigente del país. Son, sin duda, esas envidias de tantos años contra Laporta por un lado, y esas alianzas de Rosell por otro, las que aún hoy explican muchas cosas.
Reza el refranero castellano que es de bien nacidos ser agradecidos. Los éxitos deportivos de este Barça de hoy tienen la impronta estratégica de Joan Laporta que Sandro Rosell ha mantenido. Olvidarlo sería injusto, tanto como inventar campañas de desprestigio (o aún más grave, silenciar denuncias de presunta corrupción) por fobias o filia personales. Que el entrenador del Real Madrid, José Mourinho tenga que recurrir y contribuir a la bronca para ocultar sus derrotas ante el mejor fútbol de la historia, es síntoma de cómo el modelo de gestión del círculo virtuoso de Laporta ha desplazado en los últimos años a la supremacía del eterno rival blanco, quien a pesar de contar con la plantilla más cara del mundo no puede superar al F.C. Barcelona. Esto, bien se merece descorchar una botella de champan francés o cava catalán y fumarse un buen puro cubano.
Molt bé, Gus! Gran article! Que n’aprenguin!!!
Molt bo, gus, envia’l als mitjans espanyols per a que el publiquin ja que, si ho aconsegueixes, serà una bona manera de començar destapar el «cas Ailanto» que els mitjans oficials silencien. Força Barça!
Renoi, aquest article t’ha sortit rodó!!! Well done…
molt be!! a veura si algun mitja t’el publica!!!!!
touché!
Ben dit.
És un bon article però li falten un parell de dades que el farien una mica més objectiu i complet: primera, que el sr. Laporta va estar molt relacionat (cunyat) amb un personatge que era membre de la Fundació Francisco Franco a qui va defensar aferrissadament al seu moment i no va fer fora del club fins que la pressió va ser inaguantable; i, segona, que s’ha aprofitat d’una manera gairebé obscena per entrar en política i, de pas, col·laborar a que l’independentisme estigui més dividit que mai.
A banda d’això, el final de l’article és un pèl manipulador: el sr. Laporta mai ha dit que brindaria amb cava català, i això pot dur a confusió.
Amb tota la resta, hi estic del tot d’acord, perquè seria bastant necessari que el sr. Rosell tingués el carisma del sr. Laporta (que no les formes) per tal de contrarestar la caverna mediàtica.
A reveure i força Barça!
Si en Laporta s’hagués comportat com en Mourinho, en Sandrusko li hauria demanat un Consell de Guerra Sumaríssim… però amb els seus amiguets florentinians no passa res: ens poden dir que ens droguem, que fem trampes o fins i tot ficar-nos el dit a l’ull.
Un dels millors articles que he llegit últimament, i no és per ser de qui és. Molt bé Gus!!!
great!!
Amic Gustau: felicitats per l’escrit…tot i que en Laporta s’equivoca, volent viure com el seu amic Sala i Martin, ja que està representant un partit polític (rebent diners del govern) i sent ajudat econòmicament per altra gent, per tirar un partit endavant..per tant, si tingues un assessor com cal, sabria que si es vol dedicar al que s’està dedicant, hauria de deixar de mostrar-se amb puro, xampany, xatis i iots, i intentar aconseguir mes vots.
Crackovia clava el personatge!
Bones reflexions de l’amic Gus