El teatro de una negociación

[Artículo publicado en el Diari de Tarragona el 11 de abril de 2011]
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Washington, D.C. – Ha habido acuerdo in extremis. Cuando estaba a punto de concluir el plazo para aprobar los presupuestos federales para este año, republicanos y demócratas han anunciado el pacto. Faltaba una hora para la medianoche del viernes. Ambos partidos y el mismo Presidente Obama se han mostrado satisfechos por el acuerdo que ha evitado cerrar la administración norteamericana y, entre otras cosas, enviar a casa a más de 800.000 funcionarios. A pesar de que la escenografía y el tono de los negociadores daba a entender que el cierre federal (shutdown) era posible, creo que ha habido más teatro que amenaza real (sin que esto excluya que la negociación pueda haber sido intensa).
La última vez que cerró la administración norteamericana fue hace quince años, bajo la presidencia de Clinton. Como Marc Bassets explica en su blog de La Vanguardia, la similitudes son varias. Entonces como hoy, un presidente demócrata acababa de sufrir una importante derrota electoral que trasladaba la imagen de debilidad y cuestionaba su popularidad de cara a la reelección del año siguiente. Además, la derecha estaba dividida entre conciliadores y radicales, el país tenía una guerra lejana abierta (Bosnia) y el déficit era una cuestión preocupante y politizada. Aquel año, la administración federal cerró parcialmente por falta de acuerdo pero Clinton salió fortalecido por no ceder a las presiones conservadoras que exigían menos gasto y menos intervención del estado en la economía a través de las cuentas nacionales — en 1996 Clinton consiguió reelegirse sin problemas. Esa experiencia ha estado presente ahora durante toda la negociación entre republicanos, demócratas y el mismo equipo presidencial que asesora a Obama, quien, al final, tiene la responsabilidad de firmar las cuentas.
Los principales capítulos del desacuerdo han sido las partidas destinadas a planificación familiar (y algunos supuestos para abortar), el medioambiente y la salud. Ninguno referente a la creación de puestos de trabajo o a la economía, cuestión sorprendente dada la lenta recuperación del país que mantiene inusuales niveles de desempleo desde hace meses. Fíjense, por ejemplo, en la importancia que le dan los norteamericanos a uno de esos tres aspectos, el del aborto: sólo el 1 por ciento de ellos lo consideró como uno de los problemas del país, según una encuesta del The New York Times/CBS News.
Los republicanos no quieren que la historia se repita y afrontan la próxima campaña electoral con optimismo. La gran victoria de las elecciones de media legislatura en noviembre les da esperanzas de cara al 2012 y ahora, en esta negociación para el presupuesto, han querido trasladar el mensaje de que son un partido de gobierno que es capaz de influir y forzar cambios en las políticas demócratas. Además, el nuevo líder conservador de la Cámara de Representantes, John A. Boehner (a la derecha en la foto) necesitaba pasar su prueba de fuego para afianzar su imagen de hombre de gobierno. Los demócratas, por su parte, encabezados por el presidente del Senado, Harry Reid, (izquierda en lo foto) sabían que un cierre federal minaba la recuperación económica que tanto necesita el Presidente para su reelección. Enviar a casa a miles de funcionarios y bajar la persiana no era la mejor manera de mantener la tendencia a la baja del paro y, por consiguiente, asegurar las cifras positivas en los próximos meses.
El acuerdo recorta los presupuestos enviados por la Casa Blanca al Congreso en 39.000 millones de dólares, una cifra importante pero relativamente pequeña para unas cuentas que esperan unos ingresos de 2,17 billones de dólares (2.170.000.000.000$) y un gasto de 3,82 billones (3.820.000.000.000$). Además, es un parche que simplemente aplaza la batalla política ya que estas cuentas sólo afectan al año fiscal que acaba en septiembre. Para entonces será necesario volver a abrir el debate de las cuentas del 2012, y entonces las elecciones sí estarán literalmente a la vuelta de la esquina.
La maratón negociadora de los últimos días era necesaria para todos pudieran consolidar sus interesados mensajes preelectorales. Los republicanos, para evitar los mismos errores del pasado y demostrar que son una alternativa real, y los demócratas con Obama a la cabeza, que gobiernan aportando soluciones y con acuerdos para ganar el centro y evitar minar la frágil recuperación económica que tanto necesitan.
En septiembre más.

5 comentarios en “El teatro de una negociación

  1. No has traducido correctamente shutdown: puedes decir, simplemente, cierre, que es la palabra correcta. Si quieres crear otro efecto, puedes decir cerrojazo, que es la acción de echar el cerrojo de manera brusca.
    Cerrajón se refiere a cerro (y no a cierre); un cerrajón es un cerro alto y escarpado.

  2. Crec qu´el «billó americá» no es el milló de millons, sinó el mil millons. O sigui tres ceros menys. No sé si tindries que revisar les cifres numéricas. A nivell técnic es així com dic. No se si amb els $, pasa el mateix.

    • En inglés un «billion» tiene 9 ceros y equivale a mil millones. En español un billón es un millón de millones y tiene 12 ceros. De ahí proviene la confusión.

      En el sistema unificado de medidas internacional, un billón es un millón de millones o sea tiene 12 ceros = 1.000.000.000.000,

      La confusión viene del que los ingleses y luego los norteamericanos llamaban billion a los mil millones (aún lo hacen).

      El trillón es un millón de billones, el cuatrillón es un millón de trillones y etc.

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