Impresiones de una rueda de prensa con Obama

Washington, DC.- Esta semana he asistido a otra rueda de prensa en la Casa Blanca. Anunciada con 24 horas de antelación, la oficina de prensa del Presidente convocó a los medios a los jardines de la mansión más famosa del mundo para poner a Barack Obama a disposición de los periodistas. En el último momento, y por el bochornoso calor que estos días empieza a martirizar a Washington, se anunció la comparecencia en la sala de prensa James S. Brady, la habitual para los medios en el ala Oeste de la Casa Blanca.

Puede parecer normal que un político comparezca ante periodistas sin distinción de medio ni origen, pero durante los ocho años de la presidencia de George W. Bush, asistir a una rueda de prensa en la Casa Blanca era un privilegio reservado únicamente a los grandes medios norteamericanos y, aunque escasos, alguno internacional. Con Obama, las puertas a la prensa se han abierto aunque no ha mejorado la infraestructura.

La James S. Brady es una habitación muy pequeña con no más de diez filas de sillas que, aunque llegues antes, no están a disposición de cualquiera. Todas llevan el nombre de un medio y están reservadas exclusivamente para los periodistas que en ellos trabajan. El resto, aunque dentro de la sala, tienen que pelear por una baldosa donde aguardar la llegada del presidente y poder escucharlo. Los hay quien, sabiendo el percal, llegan con tres horas de antelación para guardar espacio. No es una tontería: la sala es tan pequeña que si no hay más sitio, te quedas fuera. Yo obtuve mi reservado tras dos peleas con veteranos periodistas y un par de fotógrafos que reclamaban su derecho sobre el mío por estar allí desde las 9 de la mañana.

Obama apareció puntual a las 12.45h como estaba previsto y, tras leer algunos comentarios que llevaba preparados (esta vez sin teleprompter, y es igual de brillante), atendió una decena de preguntas. Como siempre, sus servicios de prensa le preparan el listado y no vale lo de levantar la mano o alzar la voz cuando parece que ya ha terminado una respuesta. Las normas son las normas y él da la palabra.

La complicidad de la prensa con el presidente es excesiva, a mi juicio. Si bien es cierto que hubo algunas preguntas más difíciles, la mayoría eran esperables, blandas y sin sorpresas. Y las difíciles, Obama las torea esbozando una sonrisa que él sabe que rebaja la tensión, le da segundos para pensar la respuesta, y consigue la complicidad de propios, que son mayoría entre los asistentes. En una de ellas, Obama se atrevió a devolver la pregunta a su interlocutor con una desfachatez que debería enojar a cualquier profesional; pero las risas surtieron efecto y Obama ganó la partida, me atrevería a decir que, ninguneando al profesional que le inquiría.

Pero el súmmum de esta clamorosa rendezvous de los medios al Presidente de los Estados Unidos se ha producido esta semana. Un grupo de periodistas chilenos que seguían la visita de su presidenta Michelle Bachelet, pidieron a los dos mandatarios que, tras su encuentro, posaran con ellos para la ocasión. Lo nunca visto.

4 comentarios en “Impresiones de una rueda de prensa con Obama

  1. >La libertad de prensa puede ser restringida por accion u omision. En este caso particular, sera que esa complicidad irresponsable de la prensa, traera por un lado, que la desfachatez en las respuestas del presidente se vuelva la accion mas comun de este para callar a los periodistas (a su juicio impertinentes); y por otro lado, que la omision de aquellos que rien y celebran dicha ligereza del presidente, termine por condenarlos a un uso limitado de su derecho a inquirir, por no decir a un ejercicio restringido de su derecho a la libertad de prensa?

  2. >Mal, muy mal, al resto de los medios por reirle la gracia a Obama, facilitandole que esquivara la pregunta. Ya les tocara a ellos. Muy bien por Obama… si los medios estan amansados, pues se aprovecha, que va a hacer si no.

  3. >De esa rueda de prensa me llamó la atención cuando dijo, supongo que acosado por una de las preguntas difíciles: "I know everybody here is on a 24-hour news cycle, I'm not". Lo diría con la mejor de sus sonrisas.

  4. >Me ha encantado este artículo, y lo relaciono muy estrechamente con lo que ya comenté en un artículo anterior en este blog: http://diaridewashington.blogspot.com/2009/06/el-nuevo-liderazgo-americano.htmlFruto de ese "aplauso" contínuo al que se ha sometido a Obama desde las primarias es la desfachatez con la que, dices, actúa en determinados momentos. Recuerdo a los lectores que Obama tiene mucho por demostrar, que no ha obtenido resultados todavía, pero sí ha generado mucha retórica.Le ampara, lamentablemente, la condescendencia con la que le trata el entorno social, de comunicación y en parte el económico (más por el acongoje que lleva este último grupo que por quererle cerca).A Obama hay que exigirle más antes de que su ego crezca a los niveles de una "rock star"…M.

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