>Washington, DC.- Se cumplen ahora 45 años de la famosa advertencia que, desgraciadamente aún siendo cierta, algunos no toman en serio: “Fumar provoca cáncer”. Fue el funcionario de salud pública norteamericano Luther Leonidas Terry quien alertó de las graves consecuencias que fumar provoca en la salud. En esa época, el cine de Hollywood ya marcaba tendencias. Los cigarrillos de James Stewart, John Wayne o Marlon Brando no pasaban inadvertidos a una sociedad que vivía un despertar económico y en el que los referentes sociales se convertían en modelo a seguir. La industria del tabaco supo entonces hábilmente colarse en el celuloide e impunemente asoció el tabaco a la idea perniciosa de quien fuma, vive una vida moderna, atractiva o fascinante.
Desde entonces el debate no se ha cerrado y a pesar de que ya no cuenta con el apoyo de la industria del cine, los productores de tabaco siguen ganando mercado entre los más débiles; esto es, los adolescentes en sociedades desarrolladas, y ciudadanos poco educados en las subdesarrolladas. Ganan adeptos a medida que pierden batallas, como la que tras diez años de discusiones, ha concluido esta semana en el Congreso norteamericano. El país que puso de moda el tabaco, ahora lo vuelve regular con restricciones inimaginables hace unos años. Cito sólo algunos puntos de la ley:
-prohibir el uso de términos como “light”, “mild” (suave) o “low tar” (bajo en alquitrán)
-restringir los niveles de nicotina por cigarrillo
-eliminar algunos aditivos con sabor
-exigir advertencias de gran tamaño en los paquetes
-restringir la publicidad promocional
-obligar a las compañías a explicar los ingredientes de sus cigarrillos
Sin duda, la norma vuelve a abrir el debate de la libertad individual y de la conveniencia o no de prohibir el tabaco.
No creo en la prohibición total, porque eso abre la puerta a un mercado negro no regulado y, por lo tanto, más peligroso. Tampoco creo en la desregulación total de un producto adictivo y claramente nocivo. Sí creo en la educación de la sociedad, especialmente de los jóvenes; en una educación sin edulcorantes sobre las nefastas consecuencias de empezar a fumar. Y sobre todo creo en el respeto a los demás y, por encima del fumador, del derecho del no fumador.
Mientras en Estados Unidos, los legisladores trabajan para erradicar el tabaco, en España se imponen de nuevo las medias tintas y la demagogia. Las medias tintas de no prohibir fumar en todos los bares y restaurantes dejando a sus propietarios la decisión y, por lo tanto, relegando el derecho del no fumador. Y la demagogia de algún político de la Villa y Corte que en aras de un liberalismo mal entendido no se atreve a endurecer una norma que exige el sentido común.
>gran comentari, amic.per fi et mulles sin tapujos.gran ultim paragraf.per un mon sense fum, fum, fum…mohammed
>Muy de acuerdo. Es muy triste lo que ocurre en Espanya respecto del tabaco. Se hace una ley, descafeinada, y con tantos agujeros tipo gruyere que al final la excepcion es la norma.Uno solo llega a ser consciente de la tirania del tabaco en Espanya cuando, precisamente, vive fuera. Y vuelvo uno a casa por vacaciones, se va con los amigos a tomar algo, y queda impregnado de la suciedad de un aire malsano e irrespirable. Las evidencias cientificas estan ahi, el danyo que hace a la salud es innegable. Ya poco mas se puede hacer pues en labor de "concienciacion". Y como tu, Gus, yo tampoco estoy por la prohibicion. Alla cada uno. Eso si, dos cosas:1. Que se restrinja al maximo su uso en espacios publicos. Que su libertad no ataque la mia.2. Que se cargue de manera significativa los impuestos asociados al tabaco. El impacto que tiene el fumar en la seguridad social es enorme. Ya que usted elige fumar, vaya, por favor, pagando por adelantado, el dinerito que va a costar su tratamiento en el futuro.Un abrazoFJU